Xavi, el Barça y la desesperación

«Y es de la desesperación y sólo de ella de donde nace la esperanza heroica, la esperanza absurda, la esperanza loca».

-Miguel de Unamuno

Queridos(as) lectores(as):

No cabe duda que la desesperación puede hacer estragos en la vida de cada persona, más cuando pareciera que todas las circunstancias van en contra nuestra. Sin embargo, hay momentos en los que lo «definitivo» parece que se vuelve la única respuesta. En este encuentro, quisiera tomar de ejemplo lo que los aficionados al fútbol, sobre todo nosotros los culés, estamos viviendo con el F.C. Barcelona. No pretendo meterme en rumores, teorías conspiranoides ni demás amarillismo de ocasión, sólo aprovecharé de aquello que se puede presenciar.

Si bien es cierto que el Barça es un equipo que no pasa desapercibido en ninguna parte del mundo, también olvidamos que, como toda institución humana, está siempre en riesgo de todo, incluso de la derrota. Por un lado, el famoso «Caso Negreira» de supuesta corrupción (y lo digo así porque no tengo en mis manos evidencia alguna), la atrocidad administrativa que dejaron Sandro Rosell y Josep Maria Bartomeu (misma que se ve reflejada en la complicadísima crisis financiera), los fichajes costosísimos y que resultaron auténticos fraudes (Coutinho, Dembélé, etc), la escandalosa salida de Messi, etc. Con todo el respeto al equipo, a los jugadores, a los directivos y aficionados, comparto una reflexión sobre esta desesperante situación.

Después del temblor

Hoy por hoy, con tristeza, puedo decir que el Barça está hundido. Pero no por ello acabado. Como decía anteriormente, se están viviendo muchas cosas alrededor de la realidad blaugrana, y hay muchas «respuestas» que se dan con absoluta facilidad por parte de muchos «expertos», pero no es fácil, no es sencillo. Xavi Hernández, uno de los legendarios jugadores culés de toda la Historia, llegó en un momento en el que Ronald Koeman no lograba nada, sólo un intento de holandizar la plantilla y que no trajo resultados del todo buenos. Con deudas hasta el cielo, partidos grises y sin chiste, el primer atino de Joan Laporta fue ofrecerle a alguien de ADN culé la oportunidad de dirigir. ¿Qué se podía hacer? Bien se dice acá en México que «para algo son los bienes o propiedades», y el Barça se puso a vender varios reactivos. ¿Resultado? Aubameyang, Ferrán, Lewandowski, Raphinha, Adamá Traoré, Christensen, Kessié, Gündogan, Koundé, etc. Sí, se trajo lo que se pudo, y quizá no todos han servido, pero podemos decir que no se quedaron de brazos cruzados. ¿Resultado? Una Liga y una Supercopa cuando no se estaba «jugando a nada».

Es curioso cómo en verdad el aficionado común se queda en el pasado, en una realidad que ya fue. Mucho se habla tanto para elogiar como para denostar al Barça de una «Messidependencia». Y sí, en parte es cierto. ¿Pero dónde quedan las otras leyendas? ¿Iniesta, Xavi mismo, Busquets, Alba, Piqué, Márquez, Puyol, Suárez, Neymar, Ronaldinho… etc, estaban pintados o qué? Ciertamente, pesó la salida de Messi porque un crack como él que era capaz de resolver jugadas y dejar en silencio a sus detractores ya no sigue más acá, pero eso es también una llamada de atención. Si Messi no está, ¿no hay otros? La desesperación llevó a encontrar en Ansu Fati, a sus 19 años, al «heredero» y lo cargaron con semejante peso de portar el 10. ¿Qué sucedió? Lo rompieron. Sí, hay jugadores muy jóvenes como Pedri o Gavi (mismos que se han lesionado por tanta exigencia física) etc., que han sabido responder y echarse al equipo en sus espaldas, pero a nadie se le puso la tremenda tarea de sustituir al «mejor jugador del mundo» y que dieran resultados a la de ya. Cosa que, una vez más, está pasando de forma indirecta con el jovencísimo, Yamine Lamal… ¡de 16 años! Y justo ahora que fueron eliminados de la Copa del Rey, la frustración se fue hacia los hombros de este niño. ¿También quieren romperlo?

¿Terquedad o necesidad?

Mucho se le ha cuestionado a Xavi por no tener claridad en su 11 titular, por «consentir» supuestos caprichos de jugadores como Koundé de negarse a jugar como lateral derecho, de «españolizar» a la plantilla, de poner los mil y un pretextos (algunos bastante extraños, por cierto) por las derrotas, y últimamente por no poner a Vito Roque, por quien se hizo un enorme esfuerzo económico por traerlo al ser una de las jóvenes promesas del Brasileirao. ¿Qué pasa por la mente de Xavi? Cuando el ser humano tiene tantas preocupaciones, y no sólo eso, sino que tienen costos muy grandes, el poder tomar decisiones de manera «sensata» y que le llenen los ojos a los demás, puede resultar una tarea en extremo complicada.

¿Pero todo eso es responsabilidad de Xavi? Por supuesto que no. Hay que entender que en el caso de la leyenda culé estamos hablando de la cara visible de toda una institución. ¿Pensamos en cómo se sintió cuando apostó por Dembélé, lo hizo recuperar su nivel y que éste terminara traicionándolo yéndose al PSG por más dinero? De hecho, ahora tras la dolorosa derrota ante el Villarreal (3-5), Xavi mostró su decepción, tristeza y desesperación, primero al hablar directamente a la cámara y, segundo, en una plática con sus jugadores al final del partido, donde les dijo que al término de la temporada se marcharía. Muchos de sus jugadores se dice que rompieron en llanto y que se acercaron a él para ver qué se podía hacer para convencerlo de quedarse. Por ahí dicen que «el culpable se rompe cuando ve que se le salieron de las manos sus acciones». ¿Quién es quién en este Barça?

No rendirse. Seguir.

Lo que hace realmente grande a cualquiera es la capacidad de sobreponerse a la derrota, levantarse y continuar. Sí, son muchos años los que el Barcelona nos «ha quedado a deber» a sus aficionados y al fútbol, pero debemos entender más allá de nuestras propias proyecciones. Si no han confiado en nosotros cuando hemos estado rotos, ¿no sería bueno comenzar a confiar, apoyar y alentar a quienes están rotos? La empatía es importante. Dejar de cargarnos a los demás por sus errores es el paso que tenemos que empezar a dar y entender, comprender y favorecer un ambiente más amable para que no haya desesperación. Pero, sobre todas las cosas, ver que la realidad del Barça no es sino el reflejo de muchas otras realidades muy personales. Es difícil, sí, mucho, ver perder al equipo al que le vamos, pero al final de cuentas, en este caso hablamos de fútbol, y son incontables las veces que se han dado auténticas sopresas.

Recuerdo aquellas lágrimas de Messi a la hora de despedirse del equipo de su vida, recuerdo lo mucho que dolió ver a mi gran ídolo marcharse de esa manera. Pero así también ha pasado con otras leyendas en otros equipos y otros tiempos, no es la primera vez ni mucho menos la última. El ser humano tiene la capacidad de reponerse, encontrar ayuda y seguir adelante. Este es un duelo que ha durado mucho, pero que está encontrando la salida poco a poco. Los culés volveremos a sonreír. Y habrá más magia, que todo el fútbol a nivel mundial lo agradecerá. Así estuvo el Real Madrid un buen tiempo, y nunca se rindieron. Barça saldrá de ésta, como muchos hemos salido adelante cuando pensamos que era nuestro fin. Hay que creer, hay que esperar…

Mès que un club!

Visca el Barça!

Deja un comentario