Vamos a «llorir»

Queridos(as) lectores(as):

Vaya que he estado un poco alejado de nuestra página. Para serles sincero, no tenía claro sobre qué escribir. ¿Para qué escribir por escribir? La intención de nuestros encuentros es encontrar algo en ellos que nos permita reflexionar sobre cosas que estemos viviendo, por lo que me parece en sumo inútil escribir algo que sólo favorezca la distracción sin sentido. Hace unos días, me topé con una serie catalana/española spin-off de la aclamada Merlí. Sólo que ahora, Sapere aude, gira en torno a Pol Rubio (Carlos Cuevas) y su nueva vida como estudiante de Filosofía en la Universidad de Barcelona.

Para quienes pudieron disfrutar de la génesis de estas aventuras filosóficas, tal como yo, nos resulta un tanto extraño el ya no contar con el profesor Merlí Bergeron (Francesc Orella), pero ahora se nos ofrece una versión un poco más excéntrica con la catedrática María Bolaño (María Pujalte) y otros fantásticos personajes. Ciertamente, muchos fans de la serie original podrán decir que «no es lo mismo», y claro que no lo es, pero debemos saber valorar los intentos que se hacen para difundir la actividad filosófica y la importancia de ella en la vida de todos.

¿Para qué sirve un filósofo?

Quizá sea una de las preguntas más complicadas de resolver. Hace unos días, mi querido amigo Martín, quien es egresado de Filosofía también, me preguntaba sobre el quehacer del filósofo y «de qué sirve nuestra profesión». He de decir que nos ha costado dar con una respuesta que sea tan simplona como cuando decimos que un «médico cura». ¿Será que el filósofo piensa por los demás? No, por supuesto que no podemos ser tan ególatras y minimalistas. Es una pregunta que incluso sostengo debe ser parte de los problemas mismos de la Filosofía. El quehacer del filósofo es algo que se puede demostrar con hechos, pero explicar curiosamente resulta algo muy difícil.

En fin. A lo largo de mi corta y brevísima experiencia como «filósofo» (recuerdo que a muchos compañeros les causaba indignación tan siquiera decirse así), puedo decir que he visto de todo un poco y participado de todo un mucho. Es curioso cómo la figura del filósofo provoca y pone nerviosos a los demás. De hecho, sumándome el hecho de ser psicoanalista, me parece curioso (y en ocasiones risible) la imagen que se generan de nosotros en la sociedad, y no me refiero a los clásicos estereotipos, sino que somos «fríos, directos y casi sin sentimientos». ¿Es que qué le puedes decir a un filósofo que no sepa ya? Pues muchas cosas, demasiadas, incontables. Ser filósofo no es tener la respuesta a todo, pero sí tratar de buscarla. Una empresa de vida.

Llorir, ¿qué coño es eso?

La misma pregunta me hice cuando me topé con esta palabrita. Debo decir que lo primero que pensé fue que se trataba de «llorar-morir». Me solaba lógico. Sin embargo, ¡qué sorpresa me llevé! Ahora que hablaba de Merlí: sapere aude, justo ayer por la noche estaba viendo un capítulo de la segunda temporada que se llama así. Antes de seguir, he de decir que fue maravilloso toparme con un actor que hace mucho tiempo no sabía nada de él. Me refiero a Eusebio Poncela (Arrebato, Hache, La ley del deseo), quien da vida al maravilloso personaje de Dino. Y es él quien suelta eso de «llorir» en un momento clave de la serie. Pero la sorpresa es justamente que llorir viene a significar «llorar-reír» (mi pesimismo es terrible).

¿Les ha pasado que llega un punto en la vida que lloran pero de alegría? Y no me refiero a hacer caras ridículas, sino en verdad a tener lágrimas cubriendo el rostro mientras no pueden parar de reír. Parece que eso es muy extraño en nuestros días y es, a su vez, algo triste. Con tantas cosas tan horribles que vivimos a diario, las enfermedades, la guerra, las muertes, etc. ¿Cómo llorar y reír al mismo tiempo? ¡Tiempo! Es que de eso se trata, y nos hemos olvidado de ello. Todos tenemos una invitación pendiente a llorir sin parar porque nos lo debemos. Buscar a los amigos, a la familia, las ocasiones en las que hacen más falta risas para fortalecer la esperanza del porvenir.

Reconocimiento y liberación

Nuestras lágrimas brotan porque hay una tensión dentro de nosotros que se vuelve insoportable. Pero al salir, la tensión disminuye y con ello viene un pequeño pero delicioso estímulo placentero. Decía el sabio Confusio: «Hay personas que lloran porque las rosas tienen espinas, mientras que hay otras que ríen de alegría al saber que las espinas tienen rosas». Es parte del sentido trágico de la vida, como tal no podemos hablar nunca de totalidades o absolutos, ¿qué sentido tendría? Mas bien, ¡qué horrible sería! Abrazar el sentido trágico de la vida, en la que un día lloramos, otro reímos, un día nos encontramos para en otro perdernos, es aceptar las cosas tal y como son. Quien vive esperando que el manzano le dé naranjas, vive perdiendo el tiempo.

Aunque regresando a la mención de Dino y el llorir, me parece más cercano lo que decía Gabriel García Márquez: «No llores porque terminó, ríe porque sucedió». Reír es nuestra oportunidad de aceptar y resignificar lo que ha pasado. Insisto mucho a mis pacientes en la importancia de no ser tan duros con ellos mismos, pues de nada sirve aumentar más el dolor y la tristeza cuando podemos hacer algo para disminuirlos. Bien dicen que un evento desafortunado puede tener también sus momentos que nos causen gracia, y eso se debe a que la risa nos ayuda a sostenernos, a «endulzar» un poco el día que estamos pasando. Por eso es importante la comedia, darnos una buena oportunidad de reír en el día.

¿Para qué servirá la filosofía?

6 respuestas a «Vamos a «llorir»»

  1. Filósofo, el que pretende encender la luz del camino que por tonto que parezca muchas veces no encontramos por cerrar nuestra mente a la realidad por seguir y mejorar

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  2. Me parece una palabra hermosa LLORIR. Llorar y reír al mismo tiempo dice Sino en la Serie, y, que su abuela se lo decía. Yo recuerdo haber llorado de risa con mi abuela y jamás olvidaré ese día. Tendría yo 9 años. Hoy tengo 69 y lo recuerdo con un amor inconmensurable..Me gustó mucho Merly, las tres temporadas y me encantó MERLI SAPERE AUDE…MUY VUENA…Y MUY JUGADA Y REALISTA…QUE HAYA MAS DE ESAS COSAS… Así que a LLORIR NOMAS..

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