¿Será que tengo depresión?

Queridos(as) lectores(as):

Hoy, 13 de enero (2025), se conmemora el Día Mundial Contra la Depresión. Y vaya que se ha hecho demasiada consciencia al respecto en los últimos años, siendo las redes sociales las que más impulsan a las personas a no tener que vivir con este trastorno. Ésta no es la primera vez (y tal parece que tampoco la última) que hablamos sobre este tema en estos encuentros. Sin embargo, creo que en esta ocasión es preciso verlo desde otro lugar, desde uno «menos transitado». Si nosotros accedemos a Google y en su buscador ponemos «depresión», nos saldrán infinidad de páginas donde podremos informarnos y desinformarnos. Es muy común que debido a los efectos de la inmediatez en la que vivimos (querer todo en el momento) sea más «sencillo» abrir reels (videos cortos) de TikTok y/o de Youtube, mismos en los que salen personas dándose licencias para hablar sobre la depresión, y todavía peor, se atreven a dar «consejos» que pueden poner a sus auditorios en auténtico riesgo.

¿Pero cuál es ese lugar menos transitado del que hablo? De ustedes mismos. ¿Cómo? Sí. Aquí en Crónicas del Diván es común que ustedes me lean, donde les comparto reflexiones, anécdotas, Historia, Literatura, Filosofía, Psicoanálisis, etc. Después de todo es una página/blog de difusión. En otras ocasiones han encontrado cartas que escribo para ustedes. Ahora quiero hacer algo distinto, en sentido de poder ayudarles a empezar a identificar si es que están pasando por un cuadro de depresión, con la mejor intención de que acudan con profesionales de salud mental (psiquiatras, psicólogos, psicoanalistas) para poder atenderse y trabajar en las cosas que les tienen así. Recuerden: hablar con los amigos, la familia, etc., por supuesto que es bueno, porque son la primer red de apoyo, sin embargo, se requiere algo neutro para poder abordar las circunstancias de manera correcta, porque así evitamos caer, por un lado, en que nos den por nuestro lado («Sí, tú no estás mal, es que el mundo no te entiende») o que nos hagan sentir todavía peor.

A continuación, les dejo las preguntas (sean muy sinceros en contestarlas para ustedes mismos).

-¿Me cuesta trabajo concentrarme?

-¿Me cuesta dormir?

-¿Me despierto mucho?

-¿Las cosas ya no me apasionan como antes?

-¿Siento que los días siempre son lo mismo?

-¿Me cuesta relacionarme con los demás?

-¿Me relaciono demasiado con los demás?

-¿Inicio algo nuevo y al poco tiempo lo dejo?

-¿Busco quedarme más en casa en vez de salir con mis amigos?

-¿Me cuesta estar solo?

-Etc.

«Anciano en pena (En la puerta de la Eternidad), 1890, Vicent van Gogh

¿Se dan cuenta que son preguntas que se escuchan a diario en todas partes? La depresión no es estar «nada más tristes todo el tiempo». No, es algo que va más allá de eso. La falta de sentido, el desánimo, el cansancio constante, el dormir mucho y aún así no sentirnos bien, enfermedades constantes, estados de ánimo muy cambiantes, sentimientos de inferioridad, etc., son como le dicen red flags (banderas rojas) o alertas sobre lo que estamos pasando. Recuerden también que «es que me siento bien» muchas veces es una resistencia para no hablar las cosas y no hacerles caso. NO TIENE NADA DE MALO PEDIR AYUDA. Créanme que se pueden evitar muchas cosas que lamentar después. La depresión es algo demasiado común en nuestros días, y es que hay un exceso de factores que nos hacen sentir peor con el paso del tiempo. Muchas veces necesitamos un apoyo psicofarmacológico, que no es otra cosa que un tratamiento por unos meses a lo mucho, pero siempre es bueno acompañarlo con una psicoterapia. Los medicamentos NO SON LOS QUE CURAN, pero sí nos ayudan a sentirnos mejor. Sin embargo, mientras estamos con ese apoyo, es bueno poder hablar las cosas, decir las cosas que nos preocupan o que nos duelen, incluso muchas veces suele pasar que hay quienes no son capaces de hacer cosas que les dan felicidad y/o alegría porque existe un temor inconsciente. ¿Eso es posible? Por supuesto que sí.

Queridos(as) amigos(as), empecemos bien este 2025. Así como le dedicamos tiempo a nuestra salud física con la dieta y el ejercicio, así como le dedicamos tiempo a los demás, darnos el tiempo y la atención debida a nuestra salud mental es primordial. El ejercicio y una buena alimentación claro que nos ayudan a sentirnos bien, sin embargo, hay veces que no se hace realmente por salud, sino por vanidad. ¿Tener cuerpos definidos y sanos está mal? No, pero también hay inseguridades que se están moviendo en esos momentos y que no nos dejan en paz. En algún momento, un colega psicoanalista me preguntó mientras veíamos a unas personas haciendo ejercicio en el parque: «¿De qué estarán corriendo siempre?» Apuesto a que si son de los que acostumbran correr, ya les hizo eco esta pregunta. Y si no… la espinita ahí está.

Les abrazo y deseo que eso que están pasando en silencio, con la ayuda adecuada, puedan salir adelante de ello pronto y bien.

¡Nos leemos!