Bojack: caricaturizando el malestar

Queridos(as) lectores(as):

Seguramente habrá quienes, al igual que yo, se han hecho fans de la serie animada Bojack Horseman en Netflix, quizá habrá quienes ni tienen idea de qué es y mucho menos de qué trata, pero sin lugar a dudas, tenemos que hablar de ella.

image

Esta serie, creada por Raphael Bob-Waksberg, guionista y cómico estadounidense, e ilustrada por Lisa Hanawalt, fue estrenada el 22 de agosto de 2014 en Estados Unidos. Nos adentramos a la atormentada vida del actor de televisión, Bojack Horseman, un caballo antropomorfo que, ya entrado en años, vive atrapado en el pasado y en la fama de un personaje y de un programa cómico de los 90’s, Horsin’ Around (Retozando en América Latina), donde fungía como el padre adoptivo de tres niños humanos. Sin embargo, todo lo bueno tiene un final, y el éxito parece ser que es parte de lo trágico.

Espejito, espejito…

Pero, ¿por qué vale la pena ver un programa así? Mi papá dice: «Consecuencias, Héctor, consecuencias». Es decir, hay que tener la capacidad de ver una crítica profunda, dura y sin cuartel que nos ofrece esta serie (tal como es el caso de Los Simpsons, claro, cuando tenía buenos episodios y mejores temporadas) y no sólo eso, ver lo que está pasando. Causa y efecto. La vida de Bojack es un desastre, hablamos de un narcisista empedernido que es incapaz de lograr cambios reales, y muy necesarios en su vida, por el lugar que él mismo ocupa del «pero si yo soy el famoso, a mí es al que hay que aplaudir por todo» y que lo aparta de quienes son sus amigos y se preocupan por él.

Bojack-Horseman-mejores-series-Netflix_2050904963_9524043_660x371

En un principio, cualquiera podría decir que esta serie es «una más del montón», sin embargo, no es así, ya que en verdad se trata del más exacto retrato de una sociedad posmoderna sumida en los efectos de la inmediatez, el egoísmo, el miedo, el dolor, la tristeza, la soledad. En otras palabras: del estercolero en el que nos estamos hundiendo. Perdonen ustedes, pero es la verdad. Me resulta en sumo preocupante que haya quienes dicen: «Yo me identifico con Bojack», pero al decirlo lo hacen como sintiéndose lo mejor de lo mejor. Claro, por qué no habrían de decirlo, después de todo, parece que el caballo atormentado sostiene el espejo donde ellos se reflejan, y ante tanto dolor y frustración, la negación es el único recurso que logran tener para defenderse de ellos mismos.

Un pasado muy pesado

Como les comentaba, Bojack es el clásico ejemplo de quien vive atrapado en las glorias del ayer, sin embargo, y ojo con esto, eso que uno ve de su pasado es algo que no necesariamente fue así. Cuando tenemos pasados dolorosos y tristes, es muy común que hagamos uso de la fantasía hasta desgastarla; lejos de asumir el pasado que fue y que, de cierto modo, nos ha permitido ser lo que somos y estar en donde estamos, esa negación lo único que hace es reprimir todo el malestar. Mi querido maestro, Irvin D. Yalom, siempre gusta de recordar a sus alumnos, pacientes, amigos y lectores: «Renuncia a la esperanza de un pasado mejor». Eso significa que hay que asumirlo, aceptarlo y trabajarlo para poder edificar una vida más llevadera y que se torne hacia la belleza de la existencia misma.

RVHMO5R2WRH2XFJBWFVMQ7KORE

Evidentemente hay muchos personajes de los cuales podríamos hablar y de los problemas que tienen, sin embargo, es tanto el narcisismo de Bojack que así se llama la serie, casi todo trata sobre él (en tanto que él se encarga de que así sea) y, bueno, al final de cuentas, como en la transferencia, ese otro es el misterio que habla de otro al mismo tiempo.

Sin amor, ¿qué podemos esperar?

La serie es un largo y muy pronunciado grito de la necesidad de amor en nuestras vidas. El mundo se consume día a día. El capitalismo es enemigo de toda objetividad. Hay quienes están peor, pero también que en otras cosas están mejor que uno. Pero, ¿qué pasa cuando el pasado realmente nos condena? Autores como Sartre y Freud dirían que el pasado es algo de lo que no podemos escapar, y en cierto modo es cierto, sin embargo, cuando en el pasado hay persistencia de condena, hagamos lo que hagamos, si no nos dejamos ayudar por otro(s), no sólo el presente, sino el futuro será en verdad desolador.

d99c12e30f7dd1c6021ae6bb6f6c51d2

Sé que hay quienes no la han visto, pero necesito spoilear un poco en este momento sobre un personaje muy importante en la trama: la madre de Bojack. En un episodio, ya por una de las últimas temporadas, nos hacen ver a la madre de Bojack que le dice a él: «Naciste roto, ese es tu privilegio». Para quienes han visto la serie y comparten mi indignación sobre ese miserable personaje (no sin antes entender el porqué de su forma de ser), entenderán que quizá fue el diálogo más sincero de ella con su hijo, porque hasta existe una disculpa hacia Bojack. Lo demás ya se lo saben o bien se pueden enterar de qué sucede.

Tienes que sonreír, payasito

Bojack Horseman es en verdad una serie animada muy cruda. Sin embargo, podemos hacer uso de ella para reconocernos y ver con claridad, sin olvidar la humildad, que nuestros errores son los de cualquiera, que nuestras vidas por muy «feas» que parezcan tienen esperanza. Vivimos en un tiempo que muchos se atreven a decir que es el peor de toda nuestra Historia, sin embargo, los tiempos por muy cercanos o lejanos que parezcan, llevan sus propios malestares. La vida es vida, que sea fea o bonita depende de nosotros. A veces tendremos que seguir adelante a pesar del dolor, otras tendremos que aceptar que no podemos, pero lo cierto es que no hay que tirar la toalla.

BoJack_Horseman__Large.jpg

Valorar la vida por lo que es nos permite aceptarla y ver de qué manera poder sostenernos en la mayor cantidad de momentos bellos y fantásticos, saber renunciar a relaciones fallidas para abrirnos paso hacia mejores y más edificantes. El pasado no tiene por qué condenarnos, siempre y cuando tengamos la voluntad y la determinación de poder escribir para nosotros, y para los que amamos, un mejor futuro. No será fácil, después de todo, tal y como lo indica el título de la novela autobiográfica de Joanne Greenberg: Nunca te prometí un jardín de rosas.

Si no lo encuentras, pues siembra uno…

 

Deja un comentario